miércoles, octubre 08, 2008

Azul cubierto de Gris

Cae la noche y aun no te encuentro, tu aroma se desvaneció temprano hoy y tu escencia quedó flotando en la densa neblina que borronea mis memorias y que no se cansa de buscarte hasta en los rincones más profundos de mis recuerdos. Trato de establecer contacto contigo, por simple que sea, que me asegure que aun no te has ido, que me asegure que aun estás ahí, y que me esperas como en aquellas ocasiones de antaño, en las que mi corazón parecía latir asíncronamente debido a la emoción del caso, debido a que te encontrabas ahí, en el mismo lugar donde por lustros,décadas y siglos has estado, a donde siempre podía acudir y tener la certeza de encontrarte y por fin poder desahogar todo lo que llevo dentro del alma, contarte mis penas, mis alegrías, mis logros y mis caídas y advertirte que personas como yo hay muchas, que no saben valorar las cosas y que simplemente vagan por la vida escudriñando escondites de falsos tesoros que colman sus momentáneas y mediocres expectativas pero que no son el remedio para su mal principal, y que hay muchas personas como yo que no le dan la importancia debida a las cosas que en realidad importan, y que a las finales terminan haciéndonos daño por no haber sabido, y ni siquiera tratar de haber aprendido, la manera ideal de enfrentarlas.
Sigo sin encontrarte, y me pregunto dónde estarás y qué harás; son cosas que no me incumben, pues no es tu obligación hacer que yo me entere, pero igual me llaman la atención; y es justo en estos momentos en los que me pongo a pensar en que algún día podré compartir contigo una tarde nublada, triste y gris, para enseñarte a distinguir los colores en el cielo y relacionarlos con cada emoción que se genera dentro de tu cuerpo, para enseñarte a ver el azul detrás del gris del cielo, la transparencia de las nubes cargadas de lluvia y el amarillo potente del astro sol tras esa capa imaginaria de tristeza y melancolía que lo cubre; compartir contigo una tarde a orillas del mar, y que seas tú quien me guíe en la búsqueda de la mayor cantidad de tonalidades que se pueden distinguir en el hermoso e inmenso cielo, y que con un dedo me señales, de aquella bóveda inacabable, la estrella que más te guste y a la cual encomendarías tus más importantes deseos; compartir una taza de café en cualquier lugar del mundo, a cualquier hora y en cualquier ocasión, sólo tú y yo, conversando acerca de lo incierto del futuro y filosofando sobre cuestiones que ni tú ni yo entendemos, pero que de manera misteriosa dominamos a la perfección.
Empiezo a pensar que sé dónde estás, mas no me atrevo a buscarte, ya sabes que soy un cobarde, y que no arriesgo nada de mi monótona vida, que dicho sea de paso estoy intentando cambiar, pero mientras tanto estoy ocupado en convencerme a mí mismo de que la vida sin riesgos no es una vida, si no una lenta agonía que poco a poco nos consume y nos deja sin energía para seguir luchando, luchando por cosas importantes, luchando por cosas que en realidad importan, ¿por qué cansarnos de vivir si podemos vivir hasta cansarnos?

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.